Comprimidos de
3conomía de izqui3rda
Prejuicios
económicos
Existen un conjunto de creencias,
repetidas por todas partes, que son aceptadas
como ciertas pero que en realidad no
superan un análisis detenido.
Son prejuicios que condicionan nuestra manera de pensar y
que hemos de desaprender si queremos
plantear una política económica de izquierdas.
Prejuicio:
Un aumento del IRPF
perjudica la inversión privada. FALSO!
Resumen de la
entrada:
Los emprendedores deciden una
inversión en la economía real en función de sus proyectos, no del capital
de que disponen. Tener capital puede
implicar que un capitalista haga una inversión financiera (acciones,
bonos...) buscando rentabilidad, pero no implica que el emprendedor ponga en
marcha un proyecto de empresa.
Un aumento del IRPF disminuirá el ahorro que se
dirigirá a la inversión financiera pero no
condicionará la inversión en la
economía real porqué ésta dependerá de las características del proyecto
(rentabilidad, seguridad, tipos de interés,...)
Texto
Conceptos previos
Los impuestos son pagos que los
contribuyentes hacen a Hacienda sin recibir
contrapartida.
IRPF es el impuesto
sobre la renda que pagan las personas físicas (personas de carne y huesos).
Se considera renta al conjunto
de ingresos que recibe una persona; puede incluir: salarios, dividendos,
intereses, alquileres cobrados,...
El IRPF es un impuesto directo
porqué depende de las circunstancias de cada contribuyente, hasta el punto de
que, a más renta, se paga un mayor porcentaje de impuesto, lo que lo convierte
en un impuesto progresivo.
Cuando un impuesto es progresivo, tiene unos efectos positivos en el nivel
de equidad de la economía porqué
tiene un efecto de redistribución de
la renta. Los que más ganan contribuyen más a los servicios públicos de todos.
Es como si diesen parte de su renta a los que menos ganan en forma de servicios
de sanidad, educación...
Prejuicio
Ante cualquier propuesta de incremento en el IRPF, siempre se razona que
perjudica la inversión privada y que afecta a la creación (o ampliación) de
empresas y, como consecuencia, a la
creación de puestos de trabajo.
A partir de este prejuicio se puede llegar con facilidad a la conclusión
FALSA de que la disminución de impuestos
directos es la mejor manera de fomentar la inversión.... razonamiento peligroso
que lleva a disminuir el peso del sector público y a recortar el Estado del
Bienestar.
La economía real
y la financiera
Tendríamos que diferenciar la inversión
en la economía real, en la que se
adquiere maquinaria, instalaciones,... se montan empresas..., de la inversión
en la economía financiera, en la que
se adquieren valores (acciones, bonos, depósitos a plazo,...).
La economía real crea nueva capacidad productiva y puestos de trabajo, en la inversión financiera únicamente se produce un
cambio de mano de valores, que no crea
ninguna ocupación.
¿Quién invierte? ¿Porqué
se invierte?
Dejando de lado la inversión financiera por su carácter especulativo, la inversión en la economía real la llevan
a cabo los emprendedores, personas
que tienen una idea nueva de empresa
o que quieren ampliar la que ya tienen en funcionamiento.
A los emprendedores, además de
buscar rentabilidad, también los mueve
la concreción de su proyecto, la producción de bienes / servicios, la creación
de ocupación,... sienten su empresa como una creación
propia, como si fuese su hijo, a la que han ido conformando a
partir de sus decisiones, condicionadas
por las características del proyecto y de la coyuntura económica (rentabilidad esperada, confianza
de los consumidores, tipos de interés, expectativas empresariales...).
Para un emprendedor el dinero no es
importante y el beneficio no es
un fin en sí mismo sino la consecuencia
del éxito de su proyecto (claro que no hablo de la economía financiera, donde
únicamente buscan el beneficio). Desde
esta perspectiva, el dinero necesario para llevar a término su proyecto tampoco
es tan importante, no deja de ser un medio para emprender. Éste empresario montará su empresa, tanto si
tiene suficiente capital como si no. Y,
si no dispone de suficientes recursos, buscará
socios, pedirá préstamos,...
todo para conseguir concretar su sueño.
Las cosas no funcionan como se supone en la base del prejuicio que estamos
analizando: un emprendedor no espera a
tener un capital y, entonces, se plantea invertir en un proyecto de
empresa. El proyecto siempre es el motor.
Por otro lado, en la economía financiera, sí que sucede que una persona con
capital, un capitalista, buscando rentabilidad opte por invertir en acciones,
bonos,...
Consecuencias de
los incrementos del IRPF
Un incremento de las tarifas del
IRPF, entonces, nunca impedirá al emprendedor poner en marcha
un nuevo proyecto suficientemente
atractivo, mientras que sí que podrá limitar al capitalista la disponibilidad
de recursos para realizar una inversión financiera.
En el análisis a nivel
macroeconomico, este incremento
impositivo reduciría el total de la renta disponible en la economía y, dado
que el consumo es una variable bastante estable, la disminución de renta
disponible implicaría una disminución
del ahorro privado, que pasaría a manos del sector público. Nada de
significativo comparado con las cantidades ingentes de ahorro privado que
financian la deuda pública en el caso de la economía española.
A partir de este análisis podemos concluir que un incremento en la recaudación y / o en el carácter progresivo del
IRPF, mejora la equidad, sin perjudicar la creación de la ocupación.
Hemos de
desaprender
Si no queremos que los prejuicios
nos condicionen y nos confundan...
hemos de desaprender.
Si pensamos que es bueno bajar impuestos para conseguir
más ocupación provocaremos, en realidad,
la debilidad del Estado del Bienestar y
la disminución de la estabilidad que el sector público da a la economía.
Prejuicio para
analizar en una próxima entrada al bloc:
La disminución de los costos laborales fomenta la ocupación
Animaros
a criticar las entradas, a proponer el análisis de nuevos prejuicios ...
Evidente que en un inicio profesional o empresarial la imposición tiene el mismo peso que las subvenciones, digo el mismo, no digo que no sean relevantes. A la hora de decidir el acometer un proyecto la clave debe ser la idea en si misma: su caracter diferenciador frente a la competencia.
ResponEliminaPero por el lado del IRPF, es importante acometer una clara distinción entre todos los tipos de rentas: rendimientos, imputaciones y ganacias que regula y sujeta dicho tributo. Y dentro de los rendimientos: trabajo, capital inmobiliario y mobiliario.
Este impuesto directo, grava solo a personas físicas independientemente de su reconducción al Impuesto sobre Sociedades, básicamente en actividades económicas; y que se soporta en algunos cálulos en Transmisiones patrimoniales e Impuesto sobre patrimonio.
Con lo cual, por la versatilidad propia del tributo es preciso puntualizar que parte o partes del mismo podrían afectar a la inversión empresarial.
Si nos centramos por tanto por partes, cabría entender que si aumentamos la imposición sobre actividades económicas (autónomos) sí minoraría el incentivo a la inversión. Claro está, que hay que tener en cuenta actividades en atribución de rentas o imputaciones obligatorias.
Si nos centramos en otro tipo de rentas: básicamente de capital e imputaciones o derechos de imagen, es obvio que no debe alterar el volumen de inversiones, y en caso de que así fuera igual es irrelevante e insano.
Qué decir de las ganacias y pérdidas patrimoniales. Se debería distinguir por tipo de elemento transmitido, y ojo, implementar el IRPF una de las características que define el Impuesto sobre sucesiones y donaciones, esto es el "patrimonio preexistente".
saludos.